domingo, 24 de mayo de 2009

ARGENTINA VASCA VASCO ARGENTINO



4 o 5 millones de hijos vascos hay en argentina(los vascos)son los mas puros europeos,y son de piel muy blanca y ojos azules por lo general
La Nación Argentina es el país que ha recibido el mayor número de inmigrantes vascos en todo el mundo. Esta inmigración llegó a nuestro país desde los siete territorios históricos que conforman Euskal Herria: tres al norte del Pirineo: Lapurdi, Benabarra y Zuberoa; y cuatro al sur de la montaña pirenaica: Bizkaia, Gipuzkoa, Nafarroa y Araba.

viernes, 22 de mayo de 2009

LOS ARGENTINOS TIENEN RAICES EUROPEAS,NO TIENEN RAICES PROPIAS


Los argentinos no tenemos raíces
porque descendemos de los barcos"
http://criticadigital.com/argentinosen/index.php?secc=post&pid=46

Mi nombre es Viviana. Hace tres años que vivimos con Sofia, mi hijita, en tierra maya. En julio de 2005 llegamos a Cancún, esta ciudad es preciosa. México es un país con bellas y milenarias tradiciones, acá hay raíces. Los argentinos no tenemos raíces porque descendemos de los barcos.

No sé cómo es para otros argentinos vivir en el exterior, en mi caso vine preparada a formar una familia, el papá de Sofía es mexicano y siento que me adapté rapidísimo y de verdad que estoy enamorada de México. Amo este pais.

Al mes de llegar a Cancun me sentía muy sola, me pasaba todo el día encerrada en la casa con mi bebé de tres meses. Se me ocurrió la idea de crear un foro de maternidad y así fue que conocí a mamás de distintos países e incluso, viajamos el año pasado por varios Estados de México para conocernos con algunas de ellas.

¿Extrañar?

Si, claro, los lugares, costumbres y amigos. Pero no es algo que me impida disfrutar de mi presente, en absoluto.

Acá vivimos con seguridad y estabilidad. Tengo la guardería de Sofía a un par de cuadras de casa y sé que podemos regresar de cualquier lado a cualquier hora caminando solas, que no nos va a pasar nada.

Hay algo que no me gusta de Cancún. Es una ciudad chica y no hay mucha oferta ni cultural ni recreativa para los locales. Pero aun así me gusta esta ciudad.

El clima es muy caluroso entre julio y agosto, aunque no tan distinto a Buenos Aires, con la diferencia que aquí tengo playas caribeñas a 15 minutos de casa

¿Volver?

Si, con gusto. De visita.

Aquí me veo en el futuro.

Aquí crecerá mi hija. Eso es lo que tenemos planeado.

jueves, 21 de mayo de 2009

ARGENTINA GENTE MAS BLANCA Y EUROPEA!

Cuando se trata el tema de la inmigración argentina generalmente se plantea a partir del momento de la inmigración masiva ocurrida en la segunda mitad del siglo pasado. Y también se considera que el gran cruce de sangre con italianos, franceses, irlandeses, españoles, suizos, etc, generó el gran fenómeno de transculturación y fusión étnica que permitió al país mantener su blancura europeizante de la que tanto se enorgullecía.


¿Y por qué no preguntarnos sobre nuestra identidad basada en una sociedad mestiza con tantas influencias culturales?

¿Por qué no preguntarnos sobre el empeño de los argentinos, sobre todo de Buenos Aires de "ser el país más blanco de Latinoamérica".


Hay quienes prefieren diseñar un panorama simplista, limpio y acabado donde no compartimos la aventura del resto de América Latina: Méjico, Colombia, Perú, Bolivia, cuya base poblacional es indígena.
La Argentina, para muchos nació con la llegada de los primeros barcos, la gente traída por Don Pedro de Mendoza, y la tierra hecha pueblo por Don Juan de Garay.
Nos estamos refiriendo sobre todo a la idea borgiana a veces debatida, pero también oportunamente aceptada por muchos quienes prefieren descender de los barcos y no contaminar su sangre con indios o negros. Aquí en Buenos Aires, donde el cosmopolitismo del XIX los enamoró de Europa, se nota mas...
RECORDEMOS QUE 8 MILLONES DE INMIGRANTES EUROPEOS FUERON A ARGENTINA( el pais mas poblado),MIENTRAS QUE EN BRASIL FUERON 2 MILLONES EN MEXICO 34 MIL SOLAMENTE

lunes, 18 de mayo de 2009

CENSO EN ARGENTINA DE EUROPEOS INMIGRACION


Introducción

En las cuatro primeras décadas del siglo XIX el problema para los hombres políticos no era cuantas personas venían al país sino cuantas faltaban dentro. Porque a los inmigrantes los llamaron.

Entonces, el fenómeno de la inmigración debe entenderse desde sus dos extremos. Su tierra los expulso pero el nuevo mundo los convoco masivamente con promesas de bienestar y fortuna. Su llegada solucionaba parte del problema de superpoblación y pobreza europea y se suponía que contribuiría a poblar este inmenso y desierto continente.

Los principios liberales pensaron la inmigración y la plasmaron en la constitución de 1853, que llamaba definitivamente a la GRAN inmigración convocado “A todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino”; lo que queda aun más claro en el articulo 25 de las constitución de 1953.

Domingo Faustino Sarmiento y Juan Bautista Alberdi lideraron este pensamiento, afirmando que “La falta de población era la fuente de todos nuestros males”. “¿Qué nación podía crecer y modernizarse sin brazos laboriosos entendiendo que el indio y el gaucho, representantes de fuerzas bárbaras, quedaban descalificados?”.

El inmigrante debía convertirse en punta de lanza para modernizar el país, enmarcado en un estado liberal que no controlaría de ninguna manera la entrada de capitales extranjeros, que se complementaba con la llegada de mano de obra. Eran brazos para trazar los surcos para la agricultura y los picos y las palas para extender las vías ferroviarias.

Las puertas abiertas

A partir de las conclusiones obtenidas por un censo hecho por Sarmiento, se tomaron numerosas medidas para fomentar la inmigración.

El sueño de Sarmiento era la llegada de inmigrantes europeos cultos y deseosos de aprovechar las oportunidades de un país en crecimiento. El quería imitar el modelo de inmigración norteamericano; sin embargo, la mayoría de los inmigrante que vinieron al país era pobres e iletrados, situación favorecida por la legislación de la época. Ya la constitución de 1853, la promovía al declarar que “el gobierno federal fomentara la inmigración europea; y no podrá restringir, limitar ni grabar con impuesto alguno la entrada en el territorio argentino de los extranjeros que traigan por objeto labrar la tierra, mejorar las industrias e introducir y enseñar las ciencias y las artes”. En un principio se les daba facilidades a los inmigrantes, pero no se les garantizaba la posesión de las tierras que trabajaban. La situación comenzó a regularizarse en 1875, cuando se creo la Comisión general de Inmigración, y, en 1876 se dicto la ley Nº 761, llamada Ley de Inmigración y Colonización.

De lejanas naciones

Entre 1871 y 1915, la Argentina recibió casi 5.000.000 de inmigrantes europeos, originarios de pueblos y culturas diversas. Los principales pueblos o grupos étnicos que llegaron a nuestro país fueron italianos, españoles, franceses, sirios-libaneses, ingleses, alemanes, armenios, rusos, polacos, suizos y galeses. También vino un Nº importante de judíos, quienes habitaban en distintos países de Europa. Los italianos fueron los mas numerosos: alrededor del 50 % d toda la masa inmigratoria: Y esta es una de las razones por la cual, mas tarde, iban a ocupar un lugar destacado dentro de la vida económica y cultural del país. A los italianos les siguieron en importancia los españoles: alrededor de un 20% del total. Sin embargo, los adelantados fueron ingleses, galeses, alemanes y suizos que arribaron con anterioridad a 1860, aunque en grupos muy pequeños.


Rusos: Se distinguen de los otros grupos por su ingreso tardío y por las diferencias de lenguas (árabe, ruso) y de religión (judía, musulmana, ortodoxa) y sus costumbres. Llegaron a nuestras pampas de distintas regiones de la Rusia de los Zares. Muchos de ellos eran agricultores y comerciantes.

Españoles: Vinieron un poco más tarde que los italianos. Provenían principalmente de Galicia, Asturias, El País Vasco, Cataluña y castilla.

Turcos: Un grupo poco numeroso. Por error también se los considero turcos a muchos árabes, que arribaron a la Argentina con pasaporte de Turquía.

Italianos: Estos conformaron el grupo más numeroso. Por su número, sus industrias, sus comercios, sus capitales y sus profesionales; ocupaban un lugar prominente en la vida económica y social de la ciudad de Buenos Aires. También era muy importante este grupo en Santa Fe y Rosario. Hasta 1894, el mayor número provino del norte de Italia. Mas tarde, el grueso de los contingentes llego desde el sur de ese país.

Alemanes: no fueron muchos, pero en general tenían cierta instrucción profesional y medios económicos. Venían de Alemania, Austria y de las colonias alemanas del Volga.

Judíos: no venían de un país sino de varios, ya que entre 1850 y 1930 (periodo de la gran inmigración) este grupo étnico no tenia aun un estado constituido.

Porcentajes

El censo nacional de 1869 dio el siguiente resultado con respecto a las principales colectividades extranjeras radicadas en Argentina:

Italianos 71.442 3.90% del total

Españoles 34.080 1.8% del total

Franceses 32.383 1.7% del total

Ingleses 10.709 0.6% del total

En el censo nacional de 1895 se mantuvo el mismo orden con las cifras que siguen:

Italianos 492.676 12.4% del total

Españoles 198.685 5% del total

Franceses 94.098 2.3% del total

Ingleses 21.788 0.6% del total

En el censo nacional de 1914 se observa el siguiente resultado:

Italianos 929.863 11.7% del total

Españoles 829.701 10.5% del total

Rusos/Judíos 93.701 1.18% del total

Uruguayos 86.428 1.09% del total

Franceses 79.491 1% del total

Flujos de Inmigración

Años
Italia
España
Francia
Gran

Bretaña
Australia
Suiza
Alemania
Bélgica
Rusia
Holanda
Portugal
Dinamarca
N. América
Suecia
Varias
Total

1877
7556
2700
1996
808
57
340
303
83
832
14675

1878
13514
3371
2025
789
901
533
387
75
2029
23624

1879
22774
3422
2149
783
1760
717
490
78
544
32717

1880
18416
3112
2175
588
879
581
445
57
290
26643

1881
20506
3444
3612
1149
490
635
591
140
22
25
98
31
81
23
584
31431

1882
29587
3520
3382
826
672
943
1128
183
26
5
108
11
226
16
408
41041

1883
37043
5023
4286
891
1056
1293
1388
383
28
9
136
37
103
41
755
52472

1884
31983
6832
4731
1021
1329
1359
1261
175
13
40
182
45
75
24
553
49623

1885
63501
4314
4752
1104
1982
1094
1546
973
31
34
374
36
104
33
741
80618

1886
43328
9895
4662
1682
1015
1284
1131
479
918
48
153
152
171
53
684
65655

1887
67139
15618
7036
1038
2498
1420
1333
839
955
67
331
165
98
94
267
98898

1888
75029
25485
17105
1426
2333
1479
1536
3201
512
68
209
226
119
60
1483
130271

1889
88647
71151
27173
5967
4225
1571
2599
8666
1332
4007
160
394
117
269
2466
218744

1890
39122
13560
17104
1108
1918
959
1271
762
318
395
119
375
106
126
572
77815

1891
15511
4290
2915
272
263
352
832
241
2953
4
44
101
51
31
406
28266

1892
27850
5650
2115
224
552
364
785
146
1623
26
93
61
60
8
416
39973

1893
37977
7100
2612
273
685
546
748
233
966
27
192
99
72
38
499
52067

1894
37699
8122
7107
385
440
516
971
248
3132
18
200
99
79
42
662
54720

1895
41203
11288
2448
329
549
465
1067
211
2336
36
178
115
46
62
893
61226

1896
75204
18051
3486
429
963
679
1032
318
575
61
219
126
79
52
1399
102673

1897
44678
18316
2835
562
1768
390
987
207
617
31
195
111
94
42
2145
72978

Total
838267
244264
120706
21654
26335
17520
21831
17698
16357
4901
2991
2184
1681
1014
18727
1356130



La tierra prometida

Los inmigrantes encontraron un país con inmensos recursos naturales, pero que no estaba organizado par recibirlos. Tuvieron que trabajar muy duro.

Muchos inmigrantes, poco después de bajar de los barcos, se erradicaron en la provincia de Buenos Aires y en el Litoral. En estas regiones, la activad agricolo-ganadera recibía un fuerte impulso por la expansión del ferrocarril y la apertura de puertos. Fue así como en Santa Fe y Entre Ríos se instalaron colonos suizos, alemanes, franceses, además de italianos y españoles. Los polacos, los ucranianos y los austriacos eligieron Misiones.

Los judíos, entre tanto, formaron colonias en Entre Ríos, La pampa, Buenos Aires y Santa Fe. Los galeses se aventuraron mas allá de La Pampa húmeda y, desafiando el clima y a los indios de la Patagonia, se asentaron en la provincia de Chubut. Cada zona del país ofrecía algún incentivo para la radicación de los inmigrantes, por ejemplo, la vitivinicultura de Mendoza y San Juan o la explotación de la caña de azúcar en Tucumán.

Para muchos inmigrantes, un problema más serio que la falta de ubicación y trabajo era la barrera creada por el idioma. Rusos, polacos, alemanes, entre otros, sufrieron el aislamiento causado por las diferencias idiomáticas.

Los inmigrantes y la vida cotidiana

Los grupos nacionales, en la primera generación, conservaron su personalidad, mantuvieron sus pautas matrimoniales (tendieron a casarse entre ellos, es decir, endogámicos), defendieron sus intereses (cada grupo poseía por ejemplo, su banco, su hospital). También se nuclearon según su procedencia en diversas asociaciones que tenían múltiples objetivos: la enseñanza del idioma de origen, le beneficencia, las actividades deportivas y, fundamentalmente, la ayuda mutua (salud, educación) en aspectos esenciales que el Estado argentino no les brindaba. A mediados de 1850 surgieron las primeras asociaciones de ayuda mutua en Buenos aires: la Asociación Francesa (1854), la Sociedad Española de Socorros Mutuos (1875) y Unión e Benevolenza (1858). Hacia 1890 existían en la capital más de 70 asociaciones de este tipo y alrededor de 150 en todo el país. Los hospitales étnicos también surgieron como respuesta a la ineficiente política del Estado. El Hospital Británico, el Francés y el Italiano funcionaban desde la segunda mitad del silo XIX.

En la Capital

El centro de la ciudad, por 1880 tenía como límites, la Catedral, las parroquias de Monserrat, San Miguel, San Nicolás y La Piedad; con suburbios que se extendían hacia San Cristóbal, Balvanera, Miserere, Socorro, Pilar, Palermo, San Telmo, Concepción, San Juan Evangelista y Santa Lucía (Jorge Rivera. Diario Clarín 1983). Un tercio de los inmigrantes que llegaron al país se quedaron en Capital Federal. Los italianos, en su mayoría, eligieron la Boca y barrios periféricos, mientras que los españoles se inclinaron por barrios como Monserrat, San Cristóbal, San Nicolás y Constitución. Los sirios y libaneses se agruparon en Retiro, y los judíos y rusos en la zona Norte de Balvanera, cerca de Once. Los criollos prefirieron Flores y Palermo. Todos los estilos arquitectónicos (influencia española en Avenida de Mayo, y francesa en Recoleta), la moda, los géneros teatrales (la ópera y el melodrama para los italianos, a zarzuela para los españoles), las comidas, las religiones (ortodoxa, musulmana, judía y católica) se entremezclaban en la Metrópoli más grande de América del Sur a principios de siglo. Buenos Aires no era producto de la industrialización, sino de la inmigración.


Los galeses

Llegaron en pequeños grupos en 1865 y se instalaron en Puerto Madryn. Buscaban un lugar en el mundo donde poder hablar solamente Gales y practicar sus costumbres, lejos de Gran Bretaña. El gobierno de nuestro país aceptó que estos grupos nacionalistas se erradicaran en la Patagonia y usaran su lengua natal, pero con la bandera Argentina como su único emblema.

Europa en Argentina

Los españoles traen sus guisos, los italianos sus pastas. Aparecen ya hacia 1872 las romerías españolas, con que se festejan las fiestas de la Virgen y se realizan al aire libre, en el Palermo de antaño. Los italianos traen su gusto por la ópera, que tiene entre ellos difusión popular. Se instalan orfebres. Los obreros franceses, en general galponeros, han venido para colaborar en la instalación de grandes fábricas, e imponen sin querer la moda del llamado pantalón a la francesa, que adoptará el obrero del país.
Los ingleses llegan para trabajar en el trazado de los ferrocarriles. Trajeron con ellos su saber, sus costumbres, su idioma. Y en la nueva Patria recrearon aquella que dejaron para siempre. Los inmigrantes contribuyeron al progreso de la Argentina, a la que le dieron el carácter de “País Europeo de Latinoamérica”. A su llegada encontraron que ya había una cultura y una organización política y social. Pero el aporte que ellos hicieron produjo cambios decisivos en las costumbres, la economía, el arte, las ciencias, la constitución racial y hasta el idioma. El chacarero italiano levanto su casa, planto sus sauces y paraísos y modifico el aspecto del campo. El español, por lo general, no se dedicó a la labranza de la tierra: empezó como peón de almacén hasta que pudo independizarse y poner el suyo. El sirio-libanés y el turco trashumante recorrieron los caminos vendiendo hilos, peines y géneros. Por las calles de la ciudad comenzaron a oírse palabras como “cana”, “chabón”, “laburo”, “milonga”, “guita”, etc. El “lunfardo” (ladrón) una jerga marginal, se estaba arraigando al idioma local, el castellano, que nunca mas fue el mismo. Nació en las cárceles como un lenguaje en clave. Los presos lo empleaban para que los guardias no entendieran lo que hablaban entre ellos.


Cosas del Fútbol

Con los extranjeros llego a estas tierras lo que pronto se convertiría en una pasión nacional: el fútbol. Y los encargados de contagiarnos el amor por ese deporte fueron sus inventores, los ingleses, quienes solían jugarlo cerca de sus lugares de trabajo mas frecuentes: los puertos y las estaciones de tren. Por eso, la mayoría de los clubes mas antiguos tienen palabras inglesas en sus nombres: Quilmas Athletic Club, Banfield, River Plate, Racing Club, Newell´s Old Boys…También vinieron términos que después se castellanizaron como offside (orsai), Center Half (centrojás), Penalty (penal), o referee (referí). Pero pronto, el fútbol dejo de ser exclusivo de “esos locos ingleses” y se ganó los corazones de los criollos, y también de otras comunidades de inmigrantes. Algunos fundaron clubes que representaban a sus países de origen como Deportivo Español, Sportivo Italiano, Deportivo Armenio y Boca Juniors, club que aglutina a los xeneizes, palabra que quiere decir genoveses en ese dialecto.

Hotel de Inmigrantes

Se construyo con el fin de recibir y alojar a los inmigrantes, hasta que se les consiguiera empleo y un hogar definitivos. Era un complejo conformado por diversos pabellones con funciones específicas vinculadas a los inmigrantes: su desembarco, atención médica, servicios, alojamiento y traslado. También funciona allí una oficina de trabajo, donde se tomaban los datos laborales del inmigrante para tratar de conseguirle un empleo idóneo. El hotel contaba con una oficina que confeccionaba las células de identidad de los inmigrantes, en la planta baja funcionaba una sucursal del Banco de la Nación Argentina, donde los inmigrantes cambiaban divisas.

El Hotel contaba con un hospital, equipado con los elementos mas modernos de su época que se encargo de atender a los miles de inmigrantes que llegaban con enfermedades vinculadas a las vicisitudes de viaje, la mala alimentación y la pobreza. El alojamiento gratuito se extendía por 5 días pero podía prolongarse en los casos que hiciera falta.


El conventillo

Hacia 1880, el centro de la ciudad se ubica en los alrededores del puerto y por eso en un principio fue el sitio mas propicio para que se instalaran los inmigrantes. Pero al quedar abandonados los caserones del sur de la ciudad a raíz de las epidemias de fiebre amarilla y de cólera, muchas familias se albergaron en esas enormes casas, con un patio central, y donde compartían la vida cotidiana. San Telmo, Monserrat y San Cristóbal fueron los barrios donde estuvieron los primeros conventillos, pero, de a poco, empezaron a construir casitas de madera y de chapa en las orillas del riachuelo y en los alrededores del Hotel de Inmigrantes. Así surgieron los conventillos o “cuarteles”, que fueron retratados por muchos escritores y poetas. También en él se podían encontrar los más variados oficios, estaban los sacrificados obreros que no tenían horas de descanso, estaba la lavandera, la cocinera, la costurera, la mujer que de sol a sol trabajaba, así como estaba el hombre y la mujer de la noche. Así lo describía A. Patroni en 1998: “El conjunto de piezas, mas bien que asemejarse a habitaciones, cualquiera diría que son palomares, al lado de la puerta de cada cuarto (donde viven 4 0 5 personas), amontonados en completo desorden, cajones que hacen las veces de cocina, tinas de lavar, receptáculos de basura, en fin, todos los enseres indispensables de una familia, que por lo reducido de la habitación tiene que quedar a la intemperie”.

¿Por qué vinieron?

Las razones que atrajeron a tantos inmigrantes a la Argentina son variadas, pero casi siempre tuvieron que ver con conflictos sociales y económicos. Entre fines del siglo XIX y principios del XX, en Europa se sucedieron guerras y crisis políticas y económicas que obligaron a muchos de sus habitantes a emigrar. L baja de salarios, el desempleo, las persecuciones políticas fueron algunos de los motivos. Por entonces, en Europa, se producía una fuerte modernización tecnológica conocida como la Segunda revolución industrial. Que tendía a disminuir la demanda de mano de obra. La poca fertilidad de los campos, que mermaba la producción de cereales, empeoraba la situación. Así, las tierras comenzaron a quedar despobladas. Muchos europeos ya miraban hacia América y especialmente hacia Argentina, una nación promisoria, tan naturalmente rica como desierta.

Nuestro país conoció dos tipos de inmigrantes, los que llegaron para radicarse definitivamente y los golondrinas. Llamamos “inmigración golondrina” a aquella que limitaba su acción en el país a las tareas de cosecha y similares; de allí que solo puede hablarse con propiedad de “golondrinas” con referencia a inmigrantes posteriores a 1895, época en que la agricultura tomo jerarquía realmente importante.


De Aquí y de Allá

A partir de la década de 1950, Argentina recibió una importante inmigración procedente de los países limítrofes y también, del sudeste asiático. Muchos de los bolivianos, paraguayos, brasileños y chilenos que ingresaron a nuestro país eran de bajo nivel socioeconómico. No encontraron un territorio a colonizar, como los inmigrantes europeos, pero por su condición de extranjeros, con escasa calificación laboral, tuvieron que hacer trabajos realmente duros y recibir salarios muy bajos. En la actualidad, debido a la profunda crisis que vive la Argentina, muchos de estos inmigrantes, que vinieron en busca de una mejor calidad de vida, deciden regresar, desesperanzados, a sus países de origen.

Con la llegada de los inmigrantes europeos, en la tierra del gaucho se produjo un choque de culturas. Muchas veces el gaucho no vio con buenos ojos a los inmigrantes; no sabían domar un potro ni lanzar una res. No estaban habituados a los desafíos de la desolada llanura y muchos menos a vérselas con los indios. Pero los inmigrantes tenían conocimientos que para las pampas argentinas eran de avanzada. Sabían trabajar la tierra, conocían diversos tipos de maquinas que funcionaban a vapor, tenían un concepto de la urbanización. Muchos eran artistas, y cada uno de los grupos étnicos tenía su propio gusto por la cocina. El arte del buen comer fue tan modelador de nuestra tradición, como la música, la religión, los dialectos o la tecnología. Y si hubo un lugar en el que los sabores se mezclaron con deliciosos resultados, ese fue el conventillo, donde las pastas, la pizza y los guisos se fueron haciendo tan populares como la música arrabalera del tango.

Como los inmigrantes españoles e italianos fueron mayoría a la hora de poblar la Argentina, muchos de sus usos y costumbres pasaron a formar parte de la sencilla cultura nativa.

Mapa de población

A partir de mediados del siglo XIX y hasta 1930, la población creció rápidamente por la gran afluencia de inmigrantes. En 1869, la población de nuestro país era de 1.737.100 habitantes. En 1914 (45 años después), el numero de pobladores era de 7.885.327. Y 33 años mas tarde (en 1947) de 15.893.827. Este marcado aumento se debió a dos factores: la inmigración y el crecimiento vegetativo, que es el balance entre el número de nacimientos y el de defunciones. En el mapa de esta página vemos como esta distribuida la población en nuestro país y cual es su densidad, es decir, la cantidad de habitantes por kilómetro cuadrado.

Clasificación de los inmigrantes

Según sus características más significativas; no se trata, no, de tipificar, sino de preceder la síntesis de un análisis aclaratorio:

Pobladores

Llamados

Artífices, jornaleros y profesionales

Colonos

Medieros

Braceros

Y trataremos ahora de señalar las peculiaridades correspondientes a cada uno:

Pobladores

Incluimos aquí a aquellos inmigrantes que, poseedores de bienes más o menos considerables, llegaron al país con el propósito de aprovechar las inmejorables condiciones agropecuarias de nuestros campos, aventurándose en el entonces llamado “desierto” alentados por la esperanza de lograr pingües beneficios. Los “pobladores” llegaban aquí, por lo común, sin destino fijo, pero seguros de que en alguna parte de este vastísimo territorio hallarían un lugar apropiado, aunque para hallarlo tuvieran que “llegar al límite de la civilización en busca de fortuna”. Los pobladores, equivalentes a estancieros de frontera, poseían bienes más o menos considerables.

Llamados

Estos inmigrantes llegaban aquí por expreso interés de pobladores o de comerciantes ya instalados. No hemos incluido a los comerciantes en esta clasificación, porque en general pasaban a tal condición los llamados, cuando no se instalaban por cuanta propia como pobladores o estancieros al cabo de unos años de practica. Los grandes capitales eran subsidiarios de importantes instituciones vinculadas a consorcios financiaron de Europa, sobre todo ingleses y franceses. Los antiguos comercios locales fueron en buena medida adquiridos por inmigrantes que habían logrado estabilizar su posición (la burguesía criolla no se dedicó al comercio, pues se consideraba mas o menos desdorosos), y estos llamaban a sus parientes y allegados de ultramar ofreciéndoles en sus casas empleos y porcentajes en las utilidades, de manera que en poco tiempo estos llamados se instalaban por cuenta propia, sobre todo en localidades del interior. Seguramente los españoles fueron los más activos “llamadores” de compatriotas. Las posibilidades que se abrían aquí eran enormes para un hombre sagaz, que de simple empleado pasaba muy pronto a administrador, partícipe de los beneficios y hasta socio; un día, por fin, probaba fortuna instalándose por su cuenta, con el aval de quienes, por experiencia, podían confiar en sus excelentes cualidades de hombre de empresa. Los comerciantes, poco antes “llamados” de sus lares, reunieron en su torno a otros connacionales que ahora “llamaban” ellos, y poblaron con humildes tiendas la campaña de Santiago del Estero, Tucumán, Salta, Jujuy y aun la Rioja, Catamarca y Córdoba, boliches que poco a poco transformaron a sus dueños en propietarios de grandes comercios, fábricas textiles o establecimientos de campo. Esto, claro está, no es exclusivo de la colectividad sirio libanesa del noroeste argentino, el mismo origen tienen casi todos los grandes almacenes de ramos generales del interior pertenecientes a miembros de las colectividades española, italiana y alemana.

Artífices, jornaleros y profesionales

Llegaron aquí para realizar tareas específicas: ingenieros, arquitectos, agrimensores, topógrafos, técnicos diversos, carpinteros, chapistas, talabarteros, torneros, electricistas, constructores, sobrestantes, albañiles… Nada de eso había aquí, y hubo que traer todo de Europa para las necesidades emergentes del tendido de ferrocarriles, las instalaciones de obras sanitarias, la construcción del puerto de Buenos Aires, los caminos, el telégrafo, los edificios y demás obras públicas. No sólo vinieron obreros, sino también profesionales de rango destacado; la mayoría de éstos fueron franceses, en tanto lo francés sonaba aquí, por la época, a quintaesencia de la civilización. El crecimiento prodigioso de la Argentina en esos años obligó a extender también hacia el interior innumerables actividades hasta entonces muy poco desarrolladas. Profesionales, jornaleros y artífices que en Europa tenían muy pocas perspectivas integraron también la ola inmigratoria y distribuyeron a lo largo y ancho de nuestro país, creando la clase media y quedándose con prácticamente todas las tareas urbanas.

Colonos

Roberto Schopflocher ha sintetizado bien esta tarea de colonización planificada, hecha a base de contratos de colonización. Si bien tales contrataciones se iniciaron en la época de Rivadavia, o aún antes, sólo a partir de la promulgación de la Ley Avellaneda puede hablarse seriamente de un plan mas o menos coherente, concreto y posible de colonización. Los proyectos de colonización contratada se iniciaron prácticamente en los albores de la independencia, a base de las pautas dadas por Belgrano desde su cargo de secretario del Consulado; pero luego declinaron considerablemente para ser restaurados en la sexta década del siglo XIX, en que se renuevan los retoños ideológicos de la generación del 37, adormecidos pero con vida latente, por espacio de 20 años. Ya hacia 1849 Urquiza había iniciado en Entre Ríos un movimiento inmigratorio con fines de desenvolvimiento agrícola. Después de Caseros se intensificó el apoyo a la inmigración. Para 1857, Entre Ríos contaba con 12.000 colonos contratados y se inició el cooperativismo, destacándose el éxito de la celebre colonia San José, donde el colono debía residir obligatoriamente en la chacra y trabajarle en persona.

Algo similar se hizo en Corrientes por iniciativa del doctor Augusto Brougnes, quien convino con el gobernador Pujol un plan de colonización destinado a poblar la provincia con 40.000 trabajadores del mediodía de Francia en el término de 6 años. A comienzos de 1855 llegaron los primeros inmigrantes que se desenvolvieron con óptimas perspectivas. En 1865, sin embargo, nada quedaba del proyecto de Brougnes, pese a que la confederación había avalado los compromisos de la provincia. Solo después de 1875 se reinicio en Corrientes la actividad colonizadora.

Índice significativo de estos planes colonizadores es la estupenda colonia Esperanza, iniciada en 1856 con 840 inmigrantes, en condiciones mas o menos similares a las de los contratos de Corrientes y Entre Ríos; pero aquí había una diferencia importante: la entidad cuyo personero era Aarón Castellanos recibía como pago por sus gestiones nada menos que la tercera parte de las cosechas de los colonos por cinco años. Los colonos de Esperanza y demás villas santafesinas estaban sobre la frontera. Sus ranchos se levantaban en los esquineros de las chacras, a fin de formar un frente relativamente compacto contra los ataques de los indios, que se repitieron inexorablemente hasta la terminación de las campañas al desierto chaqueño, hacia 1884. A partir de entonces, la paz fronteriza atrajo a millares de inmigrantes, produciéndose la llamada “fiebre de colonización” en la zona oriental del río Salado.

En el sur patagónico, el primer establecimiento de colonias se remonta a 1865, con un centenar y medio de galeses que llegaron a las proximidades de Puerto Madryn, y se internaron a unos pocos kilómetros sobre el valle del río Chubut, reuniéndose en aldeas próximas. Allí, alejados de todo otro centro y con absoluto desamparo oficial, establecieron sus propias instituciones más o menos a la manera del sistema colonial norteamericano. La atención estatal fue casi nula, hasta que el coronel Fontana tomó a su cargo el gobierno del territorio y penetró hacia el oeste estableciendo algunas colonias en el centro del continente sobre la Cordillera. Por esta misma época (1885) se organizaron también las asociaciones cooperativas entre los colonos galeses.

También a fines de siglo, se inició en el Litoral (y luego se extendió hacia el noroeste, hasta Santiago del Estero) la colonización judía propulsada por el barón Hirsch a través de la Jewish Colonization Association, sociedad anónima fundada en 1891 con un capital de 2.000.000 libras esterlinas. Este formidable esfuerzo financiero obedecía a la intención de establecer en el Litoral argentino un firme núcleo judío para luego transformar la zona en un Estado de Israel; tal proyecto debió abandonarse en 1897, por haber sido rechazado en el Primer Congreso Sionista reunido ese año en Basilea. A esas colonias financiadas por Hirsch llegaron muchísimos judíos rusos que abandonaron sus lares ante las restricciones impuestas por el zar Alejandro III. Poco antes se habían instalado en otras partes del litoral llamados “rusos alemanes”, grupos de cristianos anabaptistas (menonitas) emigrados también de Rusia por la xenofobia y el rigor religioso del gobierno alejandrino.

Un caso curioso de minifundio se dió en Colonia Caroya, próxima a Jesús Maria (Córdoba), cuyo establecimiento se originó con una ley provincial. El éxito fue notable, y comenzaron muy pronto las subdivisiones de lotes, resultando muchos propietarios-colonos con predios de apenas dos o tres hectáreas, en las que realizaron cultivos múltiples y actividades muy diversificadas. Así proliferó la granja en diversas expresiones que hoy son famosas. También tuvo allí notable éxito el cultivo de la vid americana y la intensidad de estos cultivos posibilitó el establecimiento de una industria vitinícola local y “casera” que dió excelentes resultados.

La colonización misionera estuvo en manos de alemanes, polacos, suizos, franceses y dinamarqueses; también se radicaron allí algunos descendientes brasileños de los colonos alemanes establecidos en Río Grande do Sul. Originariamente, la producción se orientó hacia la yerba mate pero como las plantaciones de yerba mate demoran 5 años en dar beneficio, los colonos destinaban parte de los predios a la producción de tabaco. Además, cada colono tenia en su predio algunos cerdos que cuidaba para cría o engorde, y esto representaba una importante entrada auxiliar. Tras la Ley de Avellaneda y el paulatino avance de las fronteras meridionales, se fueron estableciendo colonias en tierras otrora de indios, como Victoria y General Ancha en La Pampa, y Pringles en Río Negro y quizá la última colonización sistemática haya sido la del valle del Río Negro, creadora de esa maravilla prepatagónica poblada hoy de frutales, maderas e industrias.

Medieros

Algunos estancieros bonaerenses tuvieron inconvenientes para sembrar miles de hectáreas de alfalfa y dieron en seguida una solución mucho más efectiva, barata y práctica: “La tierra se divide previamente en potreros alambrados y en seguida se subdivide en lotes amojonados y numerados sin alambrado intermedio. Estos lotes se arriendan a chacareros e italianos con elementos y recursos propios, a razón de $ m/n 4 la hectárea, por el término de tres años, con la obligación de dejar el terreno sembrado con alfalfa al finalizar el contrato, siendo a cuenta del establecimiento proporcionar la semilla de alfalfa”. Y así lograron, en tres años, tener miles de hectáreas alfalfadas, al costo de $10 por hectárea, liberándose de todos los graves problemas emergentes de la roturación de la tierra, preparación y arreglo mediante plantaciones previas de trigo o maíz, indispensables para la siembra de alfalfa…, y dejó muy contentos a los gringos que, por haber operado la transformación, resultaron beneficiados con el producto de tres cosechas en terrenos óptimos que de ninguna manera hubieran podido arrendar en otras condiciones. Cada uno hizo su negocio, beneficiando al otro; y todos quedaron conformes con la operación “a medias”. Ahora el ganadero, gracias a esa operación “a medias” que sólo podía llevarse a cabo con gringos chacareros, solucionaba su problema particular de abastecimiento de forraje. Muy pronto este mismo sistema de medieros posibilitó el cultivo de la avena y el centeno, el mijo y al alpiste. Entretanto, los cultivos de los medieros continuaban proliferando por todas partes, y con ellos la formación de parcelas (potreros) alambradas. Muchos de estos medieros terminaron instalándose con comercios y pequeñas industrias en pueblos y ciudades; otros, llevaron el sistema de “medias” a las actividades de tambo y granja. Y es claro que esta seudo colonización por medieros fue la que más se generalizó.

Braceros

Durante la gestión gubernativa de Alvear (1922-1928), en que se registró la más alta cifra en movimiento inmigratorio, entraron al país 2.012.728 individuos, de los que se quedaron 638651. El resto, que alcanza a 1.374.077 almas, representa los inmigrantes golondrina, vale decir, los braceros que llegaron, dieron su brazo para levantar cosechas, y se volvieron a sus tierras para regresar, o no, al año siguiente. De donde resulta que por lo menos el 65% de esos inmigrantes fueron braceros. Tal vez, y a mérito de la estabilización real de inmigrantes hacia 1930, el porcentaje de golondrinas haya sido aún mayor. Quizá sea imposible determinar cuántos, del 35% que supuestamente resolvió quedarse de manera estable, llegaron aquí con la idea de levantar la cosecha y retornar, pero se quedaron ante las perspectivas que se le presentaban como medieros, artífices, jornaleros o empleados. Por el conocimiento empírico y cotidiano, es sumamente fácil hallar inmigrantes que, luego de haber llegado a estas playas por uno o dos años consecutivos en calidad de braceros, optaron luego por quedarse definitivamente.

Algunas causas de la inmigración
* La necesidad de Argentina de integrarse al Mercado Europeo.
* La situación inversa con respecto a las necesidades argentinas y europeas. Argentina necesitaba mano de obra, como consecuencia del proyecto de expansión del sector agropecuario; y Europa liberaba mano de obra, como consecuencia de la tecnificación del agro y la Segunda Revolución Industrial.
* Se contaba con una zona muy apta para la explotación agropecuaria: La Pampa Húmeda, cuya explotación requería mano de obra y capitales, escasos en nuestro país.
* La política de la generación de los '80 de transformar el país a la imagen norteamericana, por la política industrial del anglosajón, y europea, por sus ciudades modernas y bien estructuradas.


Consecuencias de la Inmigración en Argentina

La inmigración provoco en Argentina una profunda transformación de la sociedad. No solo por el hecho de que la totalidad de los habitantes paso a estar integrada por un alto porcentaje de extranjeros, que en 1924 llego al 29,9%, sino también porque buena parte de estos se mezclo con la población nativa por medio de lazos matrimoniales. Un factor determinante fue que los inmigrantes eran mayoritariamente de sexo masculino. Esta fue la razón por la cual a partir del censo de 1895 la población masculina es superior numéricamente a la femenina. La unión matrimonial entre extranjeros y nativos contribuyo a modificar costumbres y le imprimió a la Argentina un aspecto más cosmopolita, sobre todo en las grandes ciudades del Litoral, principalmente Buenos Aires y en segundo lugar Rosario, pero también este fenómeno se trasladó a otras provincias como Córdoba, Mendoza, y Entre Ríos y las regiones rurales y ciudades bonaerenses.

En donde la influencia de la inmigración fue decisiva y exclusiva fue en la organización del movimiento obrero. Hasta el arribo masivo de los inmigrantes europeos, a partir de 1880, los sindicatos eran prácticamente inexistentes, con excepción del sector grafico. Fue la irrupción de los extranjeros en las actividades laborales, muchos de ellos anarquistas y socialistas perseguidos en sus países de origen, la que determino el despertar de la conciencia gremial de los trabajadores en Argentina y se convirtió en la causa principal de la constitución de las primeras asociaciones obreras.

A la inmigración también se le debe la formación de la clase media argentina, que hasta 1880 era prácticamente inexistente: muchos hijos de inmigrantes egresaron de las universidades, otros se dedicaron a las actividades comerciales o industriales y de servicios y, en conjunto, conformaron la numerosa clase media, que también fue un factor decisivo par la transformación política de nuestra nación. El artesano u obrero enriquecido aspira a elevarse socialmente. Hace estudiar a su hijo. Así, el padre puede ser zapatero, carbonero o verdulero, pero el hijo será doctor. El vástago, sin embargo, suele avergonzarse del origen humilde de sus padres. Es el drama de "Mijo el dotor", que Florencio Sánchez llevó al teatro.
La unidad de la familia europea se resiente en América. Pero el hijo se sentirá orgullosamente argentino, y en ese sentimiento se da la nueva identidad, a la que suelen contribuir muchas sangres. Se crea el tipo nuestro: vivaz, inteligente, con un culto de la amistad que recuerda a la hospitalidad del gaucho.
La nueva identidad no hace cuestión de sangres, porque está ligada por un profundo nexo espiritual: el amor al país, el sentimiento de lo argentino.
El orgullo de ser argentino formará la base de la identidad nacional.

Todas las consecuencias de la inmigración señaladas hasta aquí fueron de carácter positivo, porque contribuyeron a modernizar el país. Sin embargo, existe una que se deriva de una causa interna, que fue el condicionamiento a que se vio sometida por la clase dirigente nativa y por la estructura económico-social que ésta conformó en Argentina, que excluyo del poder real (el económico) a quienes no integraban su reducido circulo. Esto determino que la mayor parte de los inmigrantes no tuviera acceso a la propiedad de la tierra y que estos se radicaran masivamente en las ciudades del litoral portuario, principalmente en Buenos Aires, dando origen a la macrocefalia que aun padece nuestro país y a un conjunto de actividades y hábitos que obstaculizaron la producción y el desarrollo de la economía nacional.

Algunas conclusiones

La inmigración masiva transformó profundamente la estructura demográfica del país, la población se duplicó, y en pocos años hubo un fuerte predominio de extranjeros que se instalaron en los centros urbanos del litoral.

Si bien todo el continente americano recibió inmigrantes, ninguno tantos como Argentina, si lo relacionamos con su población local. Las ciudades y los campos fueron profundamente modificados por hombres de otras culturas, hoy ningún aspecto de la vida cotidiana puede desligarse de ello. La manera de hablar, de amar, de hacer amigos, la comida, la música, la política, la educación de los hijos, el deporte, los juegos, los gestos, la religión, todo esta teñido de su presencia.

La identidad nacional se construyo sobre nuevas bases; la historia Argentina se hizo con los inmigrantes…

el 90% de los argentinos tiene sangre europea,ver inmigrantes y figuras relevantes del pais

Italianos: Alemanes: La inmigración italiana fue la más numerosa y formó la mayor etnia de la población argentina. Se estima que entre 15 y 25 millones de argentinos, es decir entre un 40 y un 65% de la población, tienen entre sus ascendientes a inmigrantes italianos ingresados en este período. Es por esto que la cultura argentina tiene una enorme influencia de la cultura italiana. El lenguaje, las costumbres, los gustos, las tradiciones, llevan sus huellas. La llegada de italianos se extiende hasta 1970, y es en 1870 cuando comienza el gran flujo de inmigrantes. Entre los alemanes que llegaron a la Argentina, podemos diferenciar a los provenientes de la Alemania propiamente dicha (que engloba incluso la época de post-guerra), y a los diferentes grupos de alemanes étnicos que, como los alemanes del Volga, emigraron hacia la Argentina desde otros países de Europa, y al ingresar al país fueron registrados de acuerdo a su lugar de nacimiento, como rusos, ucranianos, polacos, etc., engrosando filas ajenas.

jueves, 14 de mayo de 2009

Otro nazi detenido en Argentina,pais que los oculto


Argentina y nazismo, una coincidencia que se repite

Esta semana se conocieron los casos del cura negacionista de La Reja y la muerte de Albert Heim, el jerarca nazi que había vivido en Bariloche. Son dos informaciones que refuerzan en la opinión pública internacional la asociación entre la Argentina y el nazismo. Una vergonzante relación iniciada luego de la Segunda Guerra Mundial.
Por Rodrigo Lloret

A prision. Priebke ingresa a los tribunales que lo condenarán en Roma, tras estar en Argentina.En 1938, la Argentina dictó una orden secreta prohibiendo entregar visas a los judíos que huían de Europa de las garras del nazismo, que ya empezaba a evidenciar su carnicería. Pero tuvieron que pasar muchos años para que el 8 de junio de 2005 aquella resolución, la nefasta Circular 11, se hiciera pública y fuera condenada por el Estado argentino.
“La historia de nuestro país ha estado plagada de convenientes silencios que permitieron la construcción de una ‘historia oficial’ que excluía datos molestos tales como la existencia de esta circular. Así, la historia para los argentinos se convirtió en un territorio en el cual la verdad y la mentira se hicieron intercambiables”, dijo el periodista Uki Goñi, el mayor responsable de la anulación de la Circular 11.
Goñi es el luchador más tenaz contra aquella vergonzante asociación que vincula en la opinión pública internacional a la Argentina con el nazismo. En La auténtica Odessa, su más importante trabajo, el autor describe el antisemitismo prebélico de la élite argentina y documenta los primeros contactos entre el gobierno de Juan Domingo Perón y los nazis. Su impecable investigación se fundamenta en archivos inéditos de la inteligencia estadounidense, en documentos europeos recientemente descubiertos y en entrevistas con las personas implicadas. Con esa información, Goñi detalla cómo se construyó la ruta que permitió el arribo de jerarcas nazis a la Argentina.
Los casos más emblemáticos fueron los de Adolf Eichmann, que organizó las deportaciones de judíos de toda Europa a los campos de exterminio; Josef Mengele, el médico de las SS en Auschwitz, y Erich Priebke, el oficial de las SS responsable de la matanza de rehenes italianos en Roma. Pero fueron muchos más los criminales del Tercer Reich que hallaron refugio en la Argentina.
Es, precisamente, esa lamentable historia, ampliamente difundida en el mundo entero, la que esta semana volvió a invadir los titulares de los diarios más influyentes de todo el mundo cuando Richard Williamson negó el Holocausto y, paralelamente, se conocía la muerte de Albert Heim, el último de los mayores criminales nazis que estaba siendo buscado.
Williamson y Heim hicieron que, otra vez “Argentina” y “nazi” sean palabras que convivan en la prensa internacional para refrescar aquella vieja asociación que une desde el fin de la Segunda Guerra Mundial a la Argentina con las huestes de Adolf Hitler.
La primera revelación, que llegó a la tapa de The New York Times, y tuvo un importante despliegue en el británico The Times, el español El País, el francés Le Monde y el brasileño Folha do Sao Paulo, por citar tan sólo a algunos medios, se refiere a la muerte de Heim, conocido como Doctor Muerte. El jueves se supo que falleció en El Cairo en 1992 luego de haber sido buscado incansablemente en la Patagonia argentina. Sin ir más lejos, representantes del Centro Simón Wiesenthal estuvieron en Bariloche el 28 de noviembre pasado siguiendo el rastro de Heim en la Argentina, donde denuciaron que había vivido.
Este médico, que militó en el nacionalsocialismo desde sus orígenes, utilizó los conocimientos de la ciencia para sus experimentos macabros en los que buscaba comprobar cuánto tardaba en morir un ser humano luego de aplicarle inyecciones intracardíacas de fenol, agua o petróleo. Fue acusado de haber terminado en dos meses con la vida de 300 judíos en los campos de concentración.
La segunda noticia, que también fue destacada en todo el mundo, tuvo que ver con Williamson, el impresentable obispo ultraconservador que negó el Holocausto desde La Reja, a tan sólo 50 kilómetros de Buenos Aires. En esa ciudad de Moreno, donde el británico dirige desde hace cinco años el único seminario lefebvrista que se dicta en América latina, Williamson dijo que “nadie murió en una cámara de gas” durante el nazismo. Y ayer volvió a la carga.
En el preciso momento en el que las organizaciones judías advierten sobre un nuevo rebrote antisemita en la Argentina, estos dos hechos llegan para confirmar que, lamentablemente, el nazismo sigue siendo noticia en este país.

miércoles, 13 de mayo de 2009

ARGENTINA DISCRIMINA ES NAZI !!!

La alta discriminación por pautas estéticas, principalmente la obesidad, fue una sorpresa que brindó el estudio: no estaba en el imaginario que ese grupo concentrara una de las mayores percepciones de discriminación, indicó Lubertino. Por ejemplo, ante la afirmación la mayoría de los delincuentes no tiene recuperación, un 47 por ciento de los encuestados consideró estar de acuerdo. Las cifras mayores se registraron en Córdoba (61,5 por ciento) y la menor proporción (29,5 por ciento) lo hizo en Capital FederalOtra frase fue si mi hijo fuera homosexual debería llevarlo a un profesional de la salud: casi el 40 por ciento respondió que coincide. Las cifras más abultadas se dieron en San Luis (60 por ciento), Salta (54,4), La Rioja (52,6) y Misiones (52,2%). Con el 23,3 por ciento, Tierra del Fuego tuvo el porcentaje inferior. Las/os trabajadoras/es que vienen de países vecinos les quitan las posibilidades a los trabajadores argentinas/os fue otro de los conceptos consultados: el 44,5 por ciento dijo que eso es verdad. Es más, un 51,4 dijo identificarse con la frase la Argentina debe ser sólo para los argentinos, en contraposición con la afirmación: La Argentina debe estar abierta a todo el mundo que quiera. Así, el índice mostró que un 70 por ciento de la sociedad discrimina, es decir, que se caracteriza por tener pensamientos o prácticas que segregan. Ese porcentaje está conformado por un núcleo duro que se posiciona con una alto nivel de prácticas discriminatorias. El resto (un 55 por ciento), se ubica en un nivel medio. En el mapa nacional, las provincias con menos niveles de discriminación, según ese índice, son Santa Cruz, La Pampa, Río Negro, Santiago del Estero, San Juan y Neuquén. Los distritos con valores más preocupantes son Corrientes, Catamarca, Salta y Jujuy. En la ciudad de Buenos Aires, el núcleo duro se reduce al 6 por ciento, el nivel medio llega al 67 por ciento y el porcentaje con menores actitudes
discriminatorias es de 27

lunes, 11 de mayo de 2009

ARGENTINA ES EUROPA

CIUDAD TIPICAMENTE EUROPEA,CON CASTILLOS, PALACIOS,Y ARQUITECTURAS UNICAS.FOTOS DE AYER Y DE HOY DE LA MULTIFACETICA BUENOS AIRES.TAMBIEN TENEMOS NUESTRAS TORRES GEMELAS,,RASCACIELOS,Y EL PAIS ES EL SEPTIMO EN EL MUNDO EN CUANTO A TERRITORIO, ABARCA DE LARGO CASI 4000 KILOMETROS CONTENIENDO TODOS LOS CLIMAS.SIN CONTAR LAS MALVINAS PORQUE SINOS ERIAS EL PAIS MAS GRANDE DEL MUNDO...EL 80%SOMOS HIJOS, O NIETOS DE EUROPEOS ,EN SU MAYORIA ITALIANOS Y LE SIGUEN ESPALONES,ALEMANES,ETC ES UN CRISOL DE RAZA QUE NOS HACEN UNICOS.NO SOLO NOS SENTIMOS EUROPEOS POR LA SANGRE,TAMBIEN NUESTRA PAIS FUE CONTRIUDO NETAMENTE EUROPEO..SEPANLO !!!!POR ESO SOMOS DIFERENTES AL RESTO DE AMERICA!NO TENEMOS NADA QUE ENVIDIAR AL MUNDO.Nuestro Pais "ARGENTINA", ha tenido la mayor inmigracion Europea de la epoca, de ahi que se nos conozca como un crisol de razas, nuestras costumbres tienen similitud a cosyumbres europeas, nuestros apellidos descienden de apellidos europeos, nuestros edificios tienden al estilo europeo y ni hablar de la Ciudad de Buenos Aires, la mayor colonia de españoles reside en Argentina, los Italianos, los alemanes, los polacos, los judios, los franceses tienen enormes colonias en nuestras tierras, el europeo que visita nuestra Republica, se queda admirado por el parecido a sus ciudades.Yo creo como dijeron por ahi con tono muy ofensivo, que desconocen nuestro Pais y la gente que lo habita.Farsantes, ladrones, engreidos, asesinos, pobres, ricos, desnutridos pueblan el planeta y nadie tiene derecho a dar opinion y solo ver la paja ajena.Igualmente gracias por dejarme contestar y que tengan un lindo dia.saluditos desde Argentina.