sábado, 19 de septiembre de 2009



Hijos de famosos: inocencia bajo los focos
Hemerotecas y videotecas están llenas de imágenes de famosos con sus hijos. Nacimientos, comuniones, vacaciones... Pocos se resisten a la exhibición, a veces por afán de lucro a veces por orgullo de padres
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Culebrón televisivo
El caso Belén Esteban ha revolucionado las parrillas televisivas una vez que la colaboradora del programa de Telecinco «Sálvame» ofreciera una de sus apariciones más seguidas (con puntas de cinco millones de espectadores) para hablar del susto que le dio su madre cuando la levantó de la cama y le anunció que el Defensor del Menor había pedido un informe al Fiscal para saber si es buena madre con Andreíta, la niña que tuvo con Jesulín de Ubrique, y cuyas alegrías y desdichas tantas veces relata en sus declaraciones ante los medios de comunicación.
Fuentes cercanas a la oficina del Defensor del Menor aseguran que es un procedimiento habitual: cuando llega una denuncia su papel es enviarla al Fiscal para que investigue. Lo que no imaginaban es el revuelo que se iba a organizar.
Con la audiencia han topado.
BEATRIZ CORTÁZAR
Actualizado Domingo, 20-09-09 a las 01:30
Julio Iglesias consiguió uno de sus grandes éxitos cuando cantó «De niña a mujer» e ilustró la portada de su disco con una foto de su hija Chábeli con trencitas y una camiseta marinera. Michael Jackson protagonizó uno de los escándalos más sonoros de su corta vida al asomar por el balcón de un hotel a su hijo de apenas unos meses. Ricky Martín no ha ocultado su felicidad ni sus tatuajes al mostrar al mundo a los mellizos que ha tenido tras contratar un vientre de alquiler.
Con mejor o peor fortuna, pero con sus retoños al lado, las hemerotecas y videotecas del mundo están plagadas de imágenes de famosos con sus pequeños. Nacimientos, comuniones, bodas, funerales, primeros paseos, cuadros, felicitaciones de Navidad, vacaciones... Desde las familias de alto abolengo hasta los más pintorescos personajes, pocos son los que se han resistido a mostrar al público a sus hijos e incluso a lucrarse, directa o indirectamente, con su presencia.
Desde hace días el caso Belén Esteban ha puesto sobre la mesa el uso o abuso que los personajes mediáticos, famosos o simplemente conocidos, hacen de sus hijos menores. El Defensor del Menor, tras recibir siete denuncias, ha puesto el caso en manos del Fiscal para que investigue si la pequeña Andrea Janeiro está siendo perjudicada por las cosas que dice y hace su madre en los medios de comunicación. A la espera estamos de saber el resultado que podría prolongarse en el tiempo hasta cuatro años más.
Llega el Defensor del Menor
Llegados a este punto es llamativo que el Defensor del Menor actúe en este caso que ya se empieza a comparar con el de Lola Flores y Hacienda por aquello de buscar un escándalo ejemplarizante. Ahí está la casualidad de que el Defensor haya actuado durante la misma semana en la que la baronesa Thyssen aparece en una portada con sus mellizas al lado. ¿Perjudicará a las niñas que su madre las muestre sin el rostro pixelado? ¿Y que veamos las cunitas rosas y los peluches que abrazan? ¿Y qué decir de su nieto Sacha? ¿Le dejará secuelas posar con sus padres desde recién nacido en las exclusivas? ¿O que su abuela reclame pruebas de paternidad para saber si es hijo de su madre?
Hubo un tiempo (no tan lejano) en el que los famosos abrían sus casas y corazones para mostrar el lado humano, aquel perfil que sus fans reclamaban y los lectores devoraban. Entonces los protagonistas de las historias eran artistas y sus éxitos se reflejaban en el papel cuché. Muchos entendieron que aparecer en las fotos con los niños podía convertirse en una nueva fuente de ingreso, o que simplemente podría servir para conmover a sus admiradores ofreciendo una imagen más tierna del personaje en cuestión. La dura competencia a la hora de vender exclusivas y portadas en los quioscos puso precio a las bodas y rupturas, a los partos y comuniones, y nunca faltaron los representantes que, previo pago de su porcentaje, cerraban contratos con o sin niños para poner el último cero al talón bancario.
Hay padres que advierten que denunciarán a quien retrate a sus vástagos. Otros negocian exclusivas remuneradas. «Con niño la foto vale más», dicen en las redacciones
Posar estupendos
Ejemplo bien cercano a Belén Esteban fue el bautizo de la hija de su ex, Jesulín de Ubrique, y María José Campanario. Para evitar «filtraciones» se celebró el sacramento a eso de las doce de la noche. Un horario nada infantil. Pero la «exclusiva» había que protegerla a todo trance frente a aguerridos «paparazzi» que siempre podrían colarse por cualquier hueco desapercibido.
También recientemente la actriz Paz Vega y su marido han posado en su segunda exclusiva bien remunerada con su segundo hijo. Podían haber repartido una foto del bebé como años atrás hicieron Imanol Arias y Pastora Vega con su hijo y mucho antes Ana Belén y Víctor Manuel con los suyos para que les dejaran tranquilos. Pero no. Han preferido lucir estupendos y mostrar al mundo la alegría que sienten con la llegada de un nuevo miembro. Y cobrar por ello, que para algo las revistas también cobran a sus lectores. La misma Paz Vega ya había posado antes embarazada para la revista Elle.
Pero, ¿puede alguien pensar que tales reportajes van a lesionar a esos bebés?
No todo es dinero. Sacar a los niños a la luz es también una forma de vender juventud, de estar «al día». Ahí están los casos del doctor Iglesias, Carlos Larrañaga o Tita Cervera
Sinceramente pensar así es igual de absurdo que meter a una madre en la cárcel porque le ha dado un cachete a su hijo. Y esto está pasando. En ciertas materias hay quien se la coge con papel de fumar. Ejemplos hay. Por eso ahora se mira con lupa la utilización que los famosos hacen de sus niños. Que Sara Montiel enviara felicitaciones navideñas con sus hijos como «christma» no es ningún abuso ni explotación del menor. Lo mismo hizo Julio Iglesias. Ni que Isabel Pantoja sacara a su niño Paquirrín a cantar con ella un estribillo de un tema en pleno concierto. Forma parte de su vida. Y hasta de su cultura. O que Fran Rivera dé la vuelta al ruedo de la plaza de Ronda con su pequeña Cayetana de la mano de la misma manera que su padre Paquirri lo hacía con él y su hermano cuando eran niños. ¿También lo van a investigar?
Rostros pixelados con pelo rubio
Puestos a traumatizar a los niños seguro que es mucho más difícil de digerir el trago de tener que ver —y aguantar— cómo un montón de cámaras siguen a una pequeña en su primer día de clase mientras el resto de compañeros se quedan de una pieza contemplando la estampa. La Ley del Menor permite que se publique la imagen siempre que se tape el rostro, pero el contrasentido está en el momento en que se toma esa instantánea, no en su posterior publicación. Los nietos de la duquesa de Alba son rostros pixelados con pelo rubio. Su prima Cayetana igual, pero con la melena castaña.
Hay padres que advierten de que denunciarán a todo aquel que retrate a sus menores. Cayetano Martínez de Irujo, Isabel Sartorius, Mar Flores... fueron algunos de los que enviaron avisos a los medios para que no lo hicieran. Hoy la ley dice que, salvo permiso de sus progenitores, ningún niño puede salir con el rostro descubierto. Aunque sus padres los muestren cuando les plazca. Parece un contrasentido pero no lo es. Vivir una sesión de fotos en un ambiente tranquilo y agradable difiere mucho de arrastrar las maletas a la vuelta del verano con cien cámaras encima de los hombros o acudir al primer día de clase con un séquito de objetivos. La sensación de quien protagoniza esas fotos no tiene nada que ver. Este verano Norma Duval posó en biquini con su hijo pequeño. Años atrás lo hacía con la familia al completo antes de separarse. Eran exclusivas remuneradas. «Con niño la foto vale más», dicen en las redacciones.
Hay quien vende juventud
Pero no todo es dinero. Sacar a los niños a la luz es también un arma de trabajo, una forma de vender juventud, de estar «al día». Ahí está el caso, por ejemplo, del doctor Iglesias y del bebé que tuvo a los noventa años. Como para no enseñarlo. O la hija de Carlos Larrañaga a sus setenta. O Tita Cervera con sus mellizas, superada la jubilación.
La imagen de familia unida siempre ha sido un reclamo en la prensa del corazón. Los toreros y sus dinastías, las folclóricas y su prole... Isabel Preysler aumenta el caché de sus entrevistas y posados con sus niños (hoy ya todos creciditos) de la misma manera que Julio Iglesias deja que sea Miranda y su segunda generación de hijos los que posen cada año para aumentar esa fama de galán prolífico.
Angelina, Brad, Madonna...
Todo ayuda a la hora de triunfar. Fuera de nuestras fronteras Madonna no tiene reparos en dejarse fotografiar con sus hijos. Aunque el caso de Angelina Jolie y Brad Pitt con sus hijos es el mejor ejemplo para ilustrar cómo un reportaje aumenta de precio cuantos más niños hay. Ni Angelina ni Brad parecen molestos por ser retratados con sus pequeños. Al revés. Por el nacimiento de sus gemelos la revista People pagó quince millones de dólares a la pareja. Y eso que a los tres meses les cambia la cara y nadie les reconoce.

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