A principios del siglo pasado, Benito Villanueva, estanciero y senador, imaginó construir una especie de Venecia en el Tigre. La idea empezó con un canal principal -hoy llamado Villanueva- construido para sacar por barco la producción de sus campos. Otros pasajes llegaron a dragarse, pero el proyecto se abandonó con su muerte en 1933.
Hoy, esa zona, donde se unen las localidades de Villa La Ñata y Dique Luján, es elegida por el miniturismo porque tiene un paisaje isleño al que se puede llegar en auto con un acceso nuevo y seguro.
La arteria principal es el canal Villanueva, que divide ambas localidades. Sobre una margen del río, del lado de Villa La Ñata, se ubican las parrillas y los restaurantes, agrupados en sólo dos cuadras. Las mesas se ponen sobre la costa o incluso sobre grandes muelles de madera para comer por encima del río.
Los tiempos no corren. Hay que armarse de paciencia a la hora de pedir el plato. El lugar no está todavía contaminado por el ruido ni el apuro que caracteriza al hombre de ciudad. El silencio es absoluto, interrumpido muy de vez en cuando por el pasar de una lancha. Nadie cobra por dejar el auto en algún rincón. No hay tumulto y son pocas las ocasiones en que hay que esperar para conseguir mesa.
“Queremos que este lugar siga con la paz y la tranquilidad que lo caracterizan -cuenta Cristel, residente de esta zona por elección, como destaca, desde hace 20 años-. Las bicicletas quedan acá tiradas, no hay inseguridad, nos conocemos todos.”
Es un escondite alejado del mundo, pero está a 40 minutos de General Paz.
Villa La Ñata empezó a ser renombrada a causa de la casa que tiene el gobernador Daniel Scioli, al lado de una tradicional escuela. El último impulso lo trajo el puente. Durante toda su historia, las dos localidades -separadas por el canal de 70 metros de ancho- estaban unidas por un puente peatonal de madera, pero tomaba una hora veinte pasar en auto de un lado al otro. En 2009, el municipio de Tigre inauguró un puente peatonal y vehicular levadizo que le inyectó vida al lugar.
En la costa de enfrente, sobre la margen de Dique Luján, hay un flamante paseo de artesanos, con una treintena de puestos que exponen tejidos, muebles para chicos, mates, objetos en madera, mimbre y adornos. “Esto está empezando, los domingos a la tarde hay más puestos abiertos que los sábados, ya que viene más gente”, cuenta un hombre que alista su mesa para colocar allí sus artesanías. El lugar está relativamente virgen y por ahora es un encanto. Las mesas de artesanos se colocan sobre una pasarela que hace de paseo costero, terminado hace muy poco por el municipio. Una empresa ofrece paseos por el río en pequeñas lanchas, y esta temporada dos compañías de paseos por agua que salen del Mercado de Frutos extenderían sus viajes hasta aquí.
“Es muy tranquilo. Tiene el encanto del Tigre por su paisaje, pero en un entorno más familiar y menos concurrido”, cuenta Stella, mientras come sobre el río en la Sociedad de Fomento Villa La Ñata, institución que cada 25 de mayo festeja su aniversario con desfiles a caballo y comida típica.
Según afirmó a LA NACION el intendente de Tigre, Sergio Massa, el municipio está trabajando en la recuperación y puesta en valor de la casa del artista Xul Solar, en Villa La Ñata, con el fin de convertirla en museo.
La zona tiene muchas guarderías náuticas, y dicen los lugareños que quienes tiran la caña de pescar sacan mojarras, bagres y pequeñas bogas.
Muy cerca de aquí, otra oferta turística invita a continuar el día, con una propuesta totalmente distinta. Bahía Grande, complejo que forma parte del espacio público de Nordelta, se abre paso sobre la ruta 27, con un paseo peatonal dibujado por el diseñador de barcos Germán Frers, con una amplia oferta gastronómica que mira a las amarras y el río. Aquí los restaurantes son conocidos: Los Inmortales, Taco Box, Sushi Club, Campo Alto y Downtown Matías, por citar algunos. Los locales están dispuestos en docks al estilo Puerto Madero, en cuyos edificios funcionan oficinas y departamentos. A pocos metros también está el centro comercial a cielo abierto, con marcas líderes de indumentaria, algunos cafés y próximamente un complejo de cines.
Para coronar el paseo, sobre la bahía se levanta el hotel Intercontinental, todavía en construcción, un cinco estrellas con 140 habitaciones y también 80 condominios y 59 lofts, que saldrán a la venta. La inauguración está prevista para diciembre próximo.
Una apuesta al turismo
Tigre se posiciona como un destino turístico que crece. Durante el año pasan unos 4 millones de turistas y 300.000 extranjeros con predominio de brasileños y norteamericanos.
El municipio tiene la intención de potenciar la actividad, por lo que sigue creando espacios que atraigan al paseante de fin de semana. El próximo paso será la instalación de E-land, en un predio pegado al Puerto de Frutos. “Acabamos de aprobar el proyecto, será un lugar de esparcimiento y entretenimiento que tendrá desde un teatro para chicos hasta un área para bicicross y skate”, adelantó Massa. Su construcción empezaría en breve y su inauguración está prevista para el año próximo.
A su vez ya empezó la construcción del Paseo del Bicentenario. Sobre el Camino de los Remeros tendrá poco más de 2 km con bicisenda y vereda peatonal, patios miradores, hitos referenciales, estaciones aeróbicas sobre el verde y estacionamiento.
Otro objetivo del municipio es instalar el remo como una actividad turística. En las vacaciones de invierno se hizo una experiencia piloto con la Escuela Municipal de Remo, se difundió y se otorgó la primera clase gratis, para que la gente incursionara. Este verano habrá una política similar, para convocar a deportistas y turistas a la vera del río.
Por Lucila Marti Garro
DATOS UTILES
Cómo llegar
A La Bahía: tomar Panamericana ramal Tigre hasta que termina, empalmar con el Camino de los Remeros y al llegar a la ruta 27 doblar a la izquierda unos 2 km.
Villa La Ñata
Dique Luján: se puede acceder por Panamericana ramal Escobar. Bajar en ruta 25 hacia Dique Luján. Doblar a la derecha en 12 de Octubre hasta canal Villanueva. Desde La Bahía, tomar la ruta 27 con dirección a Benavídez (menos de 1 km) y doblar en calle Viamonte. De allí 5,3 km siguiendo la vía principal.
Hoy, esa zona, donde se unen las localidades de Villa La Ñata y Dique Luján, es elegida por el miniturismo porque tiene un paisaje isleño al que se puede llegar en auto con un acceso nuevo y seguro.
La arteria principal es el canal Villanueva, que divide ambas localidades. Sobre una margen del río, del lado de Villa La Ñata, se ubican las parrillas y los restaurantes, agrupados en sólo dos cuadras. Las mesas se ponen sobre la costa o incluso sobre grandes muelles de madera para comer por encima del río.
Los tiempos no corren. Hay que armarse de paciencia a la hora de pedir el plato. El lugar no está todavía contaminado por el ruido ni el apuro que caracteriza al hombre de ciudad. El silencio es absoluto, interrumpido muy de vez en cuando por el pasar de una lancha. Nadie cobra por dejar el auto en algún rincón. No hay tumulto y son pocas las ocasiones en que hay que esperar para conseguir mesa.
“Queremos que este lugar siga con la paz y la tranquilidad que lo caracterizan -cuenta Cristel, residente de esta zona por elección, como destaca, desde hace 20 años-. Las bicicletas quedan acá tiradas, no hay inseguridad, nos conocemos todos.”
Es un escondite alejado del mundo, pero está a 40 minutos de General Paz.
Villa La Ñata empezó a ser renombrada a causa de la casa que tiene el gobernador Daniel Scioli, al lado de una tradicional escuela. El último impulso lo trajo el puente. Durante toda su historia, las dos localidades -separadas por el canal de 70 metros de ancho- estaban unidas por un puente peatonal de madera, pero tomaba una hora veinte pasar en auto de un lado al otro. En 2009, el municipio de Tigre inauguró un puente peatonal y vehicular levadizo que le inyectó vida al lugar.
En la costa de enfrente, sobre la margen de Dique Luján, hay un flamante paseo de artesanos, con una treintena de puestos que exponen tejidos, muebles para chicos, mates, objetos en madera, mimbre y adornos. “Esto está empezando, los domingos a la tarde hay más puestos abiertos que los sábados, ya que viene más gente”, cuenta un hombre que alista su mesa para colocar allí sus artesanías. El lugar está relativamente virgen y por ahora es un encanto. Las mesas de artesanos se colocan sobre una pasarela que hace de paseo costero, terminado hace muy poco por el municipio. Una empresa ofrece paseos por el río en pequeñas lanchas, y esta temporada dos compañías de paseos por agua que salen del Mercado de Frutos extenderían sus viajes hasta aquí.
“Es muy tranquilo. Tiene el encanto del Tigre por su paisaje, pero en un entorno más familiar y menos concurrido”, cuenta Stella, mientras come sobre el río en la Sociedad de Fomento Villa La Ñata, institución que cada 25 de mayo festeja su aniversario con desfiles a caballo y comida típica.
Según afirmó a LA NACION el intendente de Tigre, Sergio Massa, el municipio está trabajando en la recuperación y puesta en valor de la casa del artista Xul Solar, en Villa La Ñata, con el fin de convertirla en museo.
La zona tiene muchas guarderías náuticas, y dicen los lugareños que quienes tiran la caña de pescar sacan mojarras, bagres y pequeñas bogas.
Muy cerca de aquí, otra oferta turística invita a continuar el día, con una propuesta totalmente distinta. Bahía Grande, complejo que forma parte del espacio público de Nordelta, se abre paso sobre la ruta 27, con un paseo peatonal dibujado por el diseñador de barcos Germán Frers, con una amplia oferta gastronómica que mira a las amarras y el río. Aquí los restaurantes son conocidos: Los Inmortales, Taco Box, Sushi Club, Campo Alto y Downtown Matías, por citar algunos. Los locales están dispuestos en docks al estilo Puerto Madero, en cuyos edificios funcionan oficinas y departamentos. A pocos metros también está el centro comercial a cielo abierto, con marcas líderes de indumentaria, algunos cafés y próximamente un complejo de cines.
Para coronar el paseo, sobre la bahía se levanta el hotel Intercontinental, todavía en construcción, un cinco estrellas con 140 habitaciones y también 80 condominios y 59 lofts, que saldrán a la venta. La inauguración está prevista para diciembre próximo.
Una apuesta al turismo
Tigre se posiciona como un destino turístico que crece. Durante el año pasan unos 4 millones de turistas y 300.000 extranjeros con predominio de brasileños y norteamericanos.
El municipio tiene la intención de potenciar la actividad, por lo que sigue creando espacios que atraigan al paseante de fin de semana. El próximo paso será la instalación de E-land, en un predio pegado al Puerto de Frutos. “Acabamos de aprobar el proyecto, será un lugar de esparcimiento y entretenimiento que tendrá desde un teatro para chicos hasta un área para bicicross y skate”, adelantó Massa. Su construcción empezaría en breve y su inauguración está prevista para el año próximo.
A su vez ya empezó la construcción del Paseo del Bicentenario. Sobre el Camino de los Remeros tendrá poco más de 2 km con bicisenda y vereda peatonal, patios miradores, hitos referenciales, estaciones aeróbicas sobre el verde y estacionamiento.
Otro objetivo del municipio es instalar el remo como una actividad turística. En las vacaciones de invierno se hizo una experiencia piloto con la Escuela Municipal de Remo, se difundió y se otorgó la primera clase gratis, para que la gente incursionara. Este verano habrá una política similar, para convocar a deportistas y turistas a la vera del río.
Por Lucila Marti Garro
DATOS UTILES
Cómo llegar
A La Bahía: tomar Panamericana ramal Tigre hasta que termina, empalmar con el Camino de los Remeros y al llegar a la ruta 27 doblar a la izquierda unos 2 km.
Villa La Ñata
Dique Luján: se puede acceder por Panamericana ramal Escobar. Bajar en ruta 25 hacia Dique Luján. Doblar a la derecha en 12 de Octubre hasta canal Villanueva. Desde La Bahía, tomar la ruta 27 con dirección a Benavídez (menos de 1 km) y doblar en calle Viamonte. De allí 5,3 km siguiendo la vía principal.
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