Los olvidados de siempre en el año del Censo.
Los argentinos nos vemos como un pueblo de "raza blanca", construída por el aporte de varias inmigraciones europeas que se han integrado en una unidad social. Por lo que nos sentimos como "Nación de raza blanca y cultura europea". Esto queda confirmado con el censo de 1895. Este estableció que más del 80% de la población era de raza blanca y origen europeo, el resto lo conformaban los indígenas y descendientes de africanos que estaban en el principio de desaparecer.
Uno podría preguntarse ¿Por qué debía suceder tal crueldad?
Es que por esos años, los argentinos asumían que su tradición no lo encontraría en el "pasado" sino en el "futuro". Este pensamiento durante más de un siglo tuvo éxito pero en la actualidad tiende a desaparecer por el avance lento pero firme del "multiculturalismo".
El censo del año 2000 demostró la existencia aproximada de un millón de aborígenes. Esto implica un crecimiento del pueblo ya que anterior a la Independencia se calculaba menos de medio millón.
Sí comparamos los censos de 1895 y 2000 queda claro la negación de la presencia de los pueblos aborígenes. Cuantas veces oímos decir: "no hay indios en la Argentina, porque los mataron a todos". Tal afirmación quedó en el inconsciente colectivo al asociarlo con la "Conquista del Desierto".
La Conquista fué en nombre del progreso, de la modernización y por la integración territorial. Es verdad, Argentina avanzaría pero para lograrlo era necesario ocupar las tierras indígenas por los blancos. Ellos fueron desalojados y quedo dividido en dos mundos, culturalmente distinto y racialmente diferentes. Para los blancos, los indios eran bárbaros, salvajes, unos incivilizados, con una economía primitiva y de hábitos nómadas. Por lo tanto había que exterminarlos, llevandosé a cabo acciones militares.
Las más grandes para alcanzar el objetivo fueron: en la década de 1830 comandada por el general Juan Manuel de Rosas y luego la del general Julio Argentino Roca. Con esta última se define la integración del territorio nacional.
Con las agresiones militares y con la masiva inmigración que se produjo en el último cuarto del siglo 19 se llegó al mito y a la creencia de la Argentina blanca y europea.
Sin pasado no hay futuro, sin conocer los orígenes no seremos nunca una verdadera nación, deberíamos caminar por sus tierras y abrir los ojos para verlos y saber que ellos, siempre estarán.
Fuente: Calidoscopio latinoamericano, Waldo Ansaldi
http://www.radiolaquebrada.com.ar/notas/9.htm
Los argentinos nos vemos como un pueblo de "raza blanca", construída por el aporte de varias inmigraciones europeas que se han integrado en una unidad social. Por lo que nos sentimos como "Nación de raza blanca y cultura europea". Esto queda confirmado con el censo de 1895. Este estableció que más del 80% de la población era de raza blanca y origen europeo, el resto lo conformaban los indígenas y descendientes de africanos que estaban en el principio de desaparecer.
Uno podría preguntarse ¿Por qué debía suceder tal crueldad?
Es que por esos años, los argentinos asumían que su tradición no lo encontraría en el "pasado" sino en el "futuro". Este pensamiento durante más de un siglo tuvo éxito pero en la actualidad tiende a desaparecer por el avance lento pero firme del "multiculturalismo".
El censo del año 2000 demostró la existencia aproximada de un millón de aborígenes. Esto implica un crecimiento del pueblo ya que anterior a la Independencia se calculaba menos de medio millón.
Sí comparamos los censos de 1895 y 2000 queda claro la negación de la presencia de los pueblos aborígenes. Cuantas veces oímos decir: "no hay indios en la Argentina, porque los mataron a todos". Tal afirmación quedó en el inconsciente colectivo al asociarlo con la "Conquista del Desierto".
La Conquista fué en nombre del progreso, de la modernización y por la integración territorial. Es verdad, Argentina avanzaría pero para lograrlo era necesario ocupar las tierras indígenas por los blancos. Ellos fueron desalojados y quedo dividido en dos mundos, culturalmente distinto y racialmente diferentes. Para los blancos, los indios eran bárbaros, salvajes, unos incivilizados, con una economía primitiva y de hábitos nómadas. Por lo tanto había que exterminarlos, llevandosé a cabo acciones militares.
Las más grandes para alcanzar el objetivo fueron: en la década de 1830 comandada por el general Juan Manuel de Rosas y luego la del general Julio Argentino Roca. Con esta última se define la integración del territorio nacional.
Con las agresiones militares y con la masiva inmigración que se produjo en el último cuarto del siglo 19 se llegó al mito y a la creencia de la Argentina blanca y europea.
Sin pasado no hay futuro, sin conocer los orígenes no seremos nunca una verdadera nación, deberíamos caminar por sus tierras y abrir los ojos para verlos y saber que ellos, siempre estarán.
Fuente: Calidoscopio latinoamericano, Waldo Ansaldi
http://www.radiolaquebrada.com.ar/notas/9.htm
No hay comentarios:
Publicar un comentario